El trabajo de los psicólogos
https://lamenteesmaravillosa.com/este-corto-te-ayudara-entender-trabajo-los-psicologos/
05/12/2015
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02/10/2015
Es muy parodiada y conocida la explicación que popularmente se dice que dan siempre los psicólogos a cualquier problema: “es culpa de los padres”, tanto es así que algunos pacientes ya acuden a terapia diciendo que sus padres lo han hecho todo muy bien y que en su caso, ellos no han tenido, ni tienen nada que ver con ninguno de sus problemas.
Por diversos motivos, llenos de lógica, la gente parece no querer culpar a sus padres. Al fin y al cabo son sangre de su sangre, hay amor y cariño, se ha convivido con ellos o se sigue conviviendo, con lo que siguen siendo fuente de satisfacción de necesidades primarias. A veces, paradójicamente, son el único “apoyo”. A veces cuesta bajarles del pedestal en el que les hemos colocado…Por último parece que en nuestra sociedad donde el individuo es el punto del que todo parte y sobre el que todo gira, es el responsable absoluto de todo cuanto le acontece.
Pero la tremenda revolución que hubo en el terreno de lo cósmico cuando se descubrió que la tierra no era el centro del sistema solar, debería tenerse presente en cuanto a la concepción del individuo y es que este último tampoco es el centro del que todo parte y en torno al cual, todo gira. El entorno inmediato cuando nace, parece tener un papel preponderante.
…Y entonces ¿todo es culpa de los padres? Pues sí y no.
Primeramente, cambiemos el término “todo”, que en general conlleva ciertos problemas. Digamos que lo básico en el sentido de lo primigenio, es efectivamente culpa suya.
Al bebé se le labran surcos o heridas emocionales en su pequeño cerebro infantil, provocadas por una mala atención o desatención completa de sus necesidades por parte de los padres. Estos surcos, por donde muy seguramente, vayan pisoteando otros, se pueden llegar a convertir en verdaderas autopistas, hasta llegar al derrumbe, a la enfermedad mental, entendida como un padecimiento doloroso y sistemático.
Así que, culpables en cierta medida por las heridas primigenias, porque no han sido capaces de reflexionar sobre su situación personal para cambiarla y han convertido automáticamente a sus hijos en hereditarios de, digamos, una maldición. La maldición del sufrimiento. Y no son culpables en su totalidad, porque ellos vivieron un infierno seguramente muy similar. Son hijos de unos padres que también les criaron de manera muy carencial, y éstos, hijos de sus padres y sus padres de sus padres…y así hasta el infinito y más allá. Todo ello queda muy bien explicado por numerosos autores, pero haré especial hincapié en M. Spark y Boszormenyi-Nagy en su libro «Las lealtades invisibles», en donde reiteradamente hablan de esa especie de «maldición» o repetición de la historia familiar: seguro que alguna vez hemos pensado que qué curioso que algún conocido se haya quedado soltero así como varios miembros de su familia, o que haya tenido un embarazo en la adolescencia, así como su madre, por ejemplo. Estos ejemplos no son necesariamente dolorosos, pero al igual que se puede transmitir la idea de «quedarse soltero», se puede transmitir generacionalmente la idea de «eres un inútil».
¿Durante cuánto tiempo se repetirá la historia?
Primero voy a tratar de matizar algunos mitos: No todos somos iguales ni gozamos de las mismas carencias u oportunidades. No es lo mismo nacer en Addis Abeba que en Lausanne, así como tampoco es lo mismo nacer en una familia principalmente amorosa, respetuosa y cuidadora, que en otra donde solo existe la crítica, el desaliento, la no presencia, la violencia. El maltrato, en suma. El pequeño y la pequeña conviven a edades muy sensibles y durante mucho tiempo con esto. ¿Cómo no van a tener dificultades a nivel interpersonal? ¿Cómo no van a padecer enfermedades?
Un perrito que no se socializa el primer mes de vida con sus semejantes, será un perro con problemas puesto que hay edades cruciales para aprender habilidades. Al igual que los perros que son seres relacionales, las personas necesitamos de los demás y en tanto que una persona conviva con una familia enferma, tendrá problemas, porque habrá aprendido malas habilidades emocionales, que son la base de las habilidades relacionales. Eso y no ser un genio en matemáticas es lo que le salva a uno del sufrimiento sistemático. El que diga lo contrario está negando o minimizando una cuestión de suma importancia.
Cuando John Lennon decía eso de “all you need is love”, daba completamente en la diana. El amor es la fuerza más poderosa en el ser humano y no su inteligencia, ni sus habilidades deportivas, por poner unos ejemplos al azar. Si tiene amor dentro, todo lo que toque el individuo, se convertirá en bienestar, en “oro”. Todo le saldrá bien, porque de todo disfrutará. Su vida será muy rica en el sentido de feliz.
¿Tienes sistemáticamente problemas con la gente? ¿te cuesta mantener relaciones de amistad?, ¿de pareja?, ¿laborales? ¿O en cualquier entorno donde tengas que relacionarte?, es decir, todos. ¿Tienes a menudo ansiedad, insomnio o depresión?, ¿te cuesta mucho ser feliz?
Si tus respuestas son “sí” entonces, te han criado mal. Habrás pasado a engrosar las filas de los llamados “neuróticos”. Dicen que son uno de cada diez, los más pesimistas dicen que un 25%. No importan los números, lo importante es que lo reconozcas, para que lo cambies.
El sufrimiento que padecen las personas cuyas familias han sido o son poco hábiles en la crianza, (neuróticos) es sistemático, porque claro que todo el mundo sufre reveses de vez en cuando. Pero con las necesarias habilidades emocionales, se logra salir de aquéllos y así es como las personas sin grandes heridas emocionales van construyendo su vida, y tienen la suficiente energía sobrante para dedicarse a sus deseos…y el deseo es lo que enriquece nuestro mundo al fin y al cabo.
Para que nos entendamos, qué hace diferente a un neurótico? un neurótico tiene tantas heridas emocionales provocadas por el descuido, que apenas le queda lugar para el deseo, como no sea, el deseo de no ser dañado más, de ahí surge toda una construcción personal, no en base a un motor positivo, sino a la evitación de algo siempre negativo. A veces a los neuróticos no se les entiende bien, parecen raros, “personajes” los llaman algunos y efectivamente ellos y ellas han tenido que crearse un personaje, un personaje a la defensiva para que no les vuelvan a dañar. Así a las complicaciones de la vida corriente, se le añaden las complicaciones personales arraigadas en lo más profundo, ligadas a inseguridades, a un fuerte dolor, al rechazo y probablemente tendrán una mayor sensibilidad a padecer enfermedad física y mental.
En mi cabeza resuenan opiniones escuchadas en algunas personas que afirman que los depresivos lo eligen, que son unos cobardes, que no se quieren enfrentar a las complicaciones de la vida, que es muy dura… Hay que pararse y pensar como lo harían ellos, para poder entender sus vivencias, es decir qué hay en su sufrimiento. ¿A quién le gustaría estar todo el día en una cama?, ¿quién preferiría culparse todo el rato? ¿Un depresivo elige tomar un cóctel de pastillas que le dejan, a menudo, embotado, en lugar de enamorarse, salir con los amigos, elegir ropa bonita y cuidarse, viajar, conocer nuevas experiencias, aprender…?
¿Quién elige conscientemente el dolor como modo de vida?
La vida es dura incluso para una persona que tiene amor por sí misma, que ha podido integrar el amor proveniente de su familia (el concepto autoestima encierra una paradoja, si bien es cierto que uno se puede estimar a uno mismo a través de un trabajo personal, parece que la autoestima inicial vendría dada por el tipo de experiencias relacionales que hemos tenido, luego ya no sería auto, sino heteroestima), entonces imaginemos al que no tiene integrado tal amor, porque básicamente no lo ha recibido correctamente nunca.
Es por esto tan importante que todos comprendamos a los demás, para no ponerles zancadillas, igual que no se las pondrías a una persona que va en silla de ruedas o a alguien que ha sufrido un trauma, una guerra, o hambre. Por citar algunos ejemplos de auténticos reveses del destino.
En tu caso, el hecho de ser una persona superviviente no puede tumbarte, no dejes que te arrastre a lo más profundo. Intenta superar el victimismo en el que es tan fácil caer, puesto que, sí, has sido víctima de la suerte, pero trata de dejar de señalar a tus padres por todo, porque eso no cambiará nada.
Has sufrido la carencia emocional, pero tienes otras habilidades. Seguro que eso te permitió hiper desarrollar otras cualidades: la perseverancia, el intelecto, la curiosidad, la resistencia física, el arte, la lectura, que son cualidades y recursos muy valorables, sácales partido y ayúdate de ellos para comenzar a cambiar, para comenzar a curarte. Y el cambio sí es posible, créelo.
O por ejemplo, la compasión. Si has logrado esto último, trata de tener compasión ésa que te fue negada de pequeño, úsala contigo. Sé empático e inténtalo una y otra vez, una y otra vez, y una y otra vez, hasta que vayas reparando tus heridas. ¿Cómo? Aquí el camino es algo largo, tendrás que entrar en terapia. Serán tus muletas. Tan sólo un profesional podrá disponer del tiempo y el saber hacer para ayudarte pero no cejes y cuando decaigas, levántate y en cuanto recuperes fuerzas, sigue caminando. Porque como dice el anuncio, un corredor no es el que va más rápido, sino el que corre. Poco a poco lograrás dejar atrás heridas.
Recuérdate, si esto te ayuda, que eres un superviviente, no de un accidente aéreo, una catástrofe natural o una muerte, de las que según explican los estudios es más fácil salir ileso a nivel emocional. Tú eres un superviviente de una familia enferma, que durante años y décadas no te trató como debiera, te amó mal y por tanto, tampoco te enseñó a amarte.
Muchos psicólogos somos este tipo de supervivientes de familias «malditas» , supervivientes que al mismo tiempo están intentando acompañar a otros en su zozobra. Los psicólogos hemos encauzado nuestras vidas para lograr devenir el potencial que encerramos en nosotros y apoyar a los demás a hacer lo mismo.
¡Confía en ellos! Aunque su método sea raro, aunque sus preguntas lleven a tomar conciencias dolorosas, aunque a veces te cuestionen, aunque no te den consejos, aunque lleve tiempo…confía. Hay mucho estudio detrás, investigación, colaboraciones con otras disciplinas y un gran avance en esta ciencia. Desde aquéllos primeros momentos en la historia de la enfermedad mental, donde se mandaba a los “locos” y desposeídos en un barco a la deriva, hasta los primitivos hospitales psiquiátricos donde se dejaba alienarse aún más al enfermo, hasta ahora.
Momentos, los actuales, destelleantes de promesas, donde las personas estamos entendiendo que la salud es un completo biológico, psicológico y social inseparable, y no solo ausencia de enfermedad. Tanto la salud mental como la física nacen del entendimiento y del aprendizaje del cuidado.
Tu salud consiste en ir a buscar tus deseos.
¿Hasta el infinito y más allá?
Corta la dinámica de repetición epidémica. Rompe con la historia familiar. Entra en terapia antes de ser padre o madre, te hará ver un montón de cosas de ti mismo que podrías arriesgar a introyectar en tu hijo de manera inconsciente y patológica.
Sé responsable, estudia, infórmate, no le hagas pasar por lo mismo a tu hijo. Él o ella, no se merecen repetir esta dolorosa historia familiar, y además tu hijo no es sólo tuyo, es hijo de la Humanidad, y si hacemos de nuestros hijos seres infelices y maltratados, la Humanidad entera se perjudicará, porque los seres infelices y maltratados, suelen maltratar a los demás a diferentes niveles.
Si no hay trabajo y análisis, el maltrato lleva indisolublemente asociado el maltrato, que a nadie le quepa duda.
¿Quieres que se repita el destino?
25/05/2015
Frodo: «Ahora me pregunto qué puede haber sucedido. ¿Debería esperarle?».
Gildor permaneció un momento en silencio. «No me gustan estas noticias», dijo al final…»La elección es tuya: vete o espera».
«Y también se dice», respondió Frodo, «no vayas a pedir consejo a los Duendes, porque responderán tanto que sí como que no».
«De veras», rió Gildor. «Los Duendes rara vez dan un consejo imprudente, porque el consejo es un peligroso regalo, incluso del más sabio de los sabios, y todas las líneas de acción pueden resultar erróneas. ¿Pero qué harías? No me has dicho todo lo concerniente a tu persona; y entonces ¿cómo elegiré mejor que tú?»
(pág. 123 del libro de J.R.R. Tolkien El Señor de los anillos, recogido en el libro: Introducción a la Psicoterapia: el saber clínico compartido).
En este pasaje reconocemos una postura, la del Duende Gildor, por la que no accede a darle un consejo a Frodo ya que parece pensar que cómo le podrá dar un consejo, sabiendo menos de Frodo que él mismo y por tanto, ¿cómo podrá decidir lo que es mejor?
El Duende Gildor encarna la postura de la psicoterapia. Los consejos para el cambio, no resultan a priori válidos, ya que si no se conoce en profundidad a la persona que tenemos delante, únicamente aportarán el punto de vista del consejero, no del aconsejado.
El proceso terapéutico trata de lograr crear para el paciente una vivencia interpersonal, una atmósfera de apoyo y empatía en donde sea el paciente el que logre acceder a las diversas alternativas por él planteadas a través de una exploración activa.
La persona debe experimentar la alternativa, si es ofrecida por otra persona que no sea él mismo, no la experimentará, no la incorporará hasta que no la haga suya y por tanto, de nada le habrá servido el consejo.
19/02/2015
Unas frases para reflexionar sobre el proceso de crecimiento y cambio:
«Al final la vida siempre gana»
«Un adulto es un niño inflado por la edad»
-Simone de Beauvoir-
«Los cuarenta son la edad madura de la juventud, pero los cincuenta son la juventud de la edad madura»
-Víctor Hugo-
«La mente de los seres humanos, incluso su cerebro, se ha desarrollado a través de la interacción con quienes les rodean y sólo a través de la interacción, puede favorablemente modificarse»
«Sólo existimos «en» y «con» relación al otro»
-«La Práctica de la Psicoterapia Relacional». Joan Coderch.
«No hay que ajustar la realidad a nuestros deseos, sino los deseos a la realidad»
-Sobre Meursault, en la novela de El Extranjero de Albert Camus. France Culture. 21/10/2012
Sur mes cahiers d´écolier.Sur mon pupitre et les arbres. Sur le sable et sur la neige. J´écris ton nom…Liberté.
Paul Eluard
(Sobre mis cuadernos de escolar. Sobre mi pupitre y los árboles. Sobre la arena y sobre la nieve. Escribo tu nombre…Libertad.)
17/11/2014
He aquí una recopilación de algunos preciosos textos de la poetisa Gloria Fuertes. Los poemas al ser casi narrados quizá tienen una capacidad mayor de transmitir el sentido de los sentimientos. De Gloria Fuertes, sí, pero también de los nuestros.
El no estar solo cuando se está triste
El no estar solo cuando se está triste,
el no estar triste cuando se está solo,
invitar a la duda a fumar un cigarro,
invitar a la luz y escribir a la calma,
encontrarse al silencio y romperle el mutismo
y escuchar que nos toca la música de moda,
lo difícil es esto,
lo sencillo, el grito en flor, la angustia,
el odio inagotable.
Para escribir
Para escribir me escondo,
como una mujer primitiva se escondía
para parir.
Como un animal herido se esconde
para lamerse a gusto la sangre,
así nadie sabe de mí
cuando me pierdo para escribiros esto. .
Consejo
Mariposa
nerviosa,
tiende tus alas para que se oreen
están llenas de llanto
el llanto quita el polen.
No olvides que vivirás un día
mariposa
nerviosa.
Paisaje Interior
Como loca y feliz y casi sola,
voy de merienda al campo,
con tortilla de espinas y hojarasca
y una bota de vino, mientras tanto
saco una flauta del morral y toco
una canción muy verde de esperanza;
veo tórtolas amarse como tórtolos,
cruza el río una garza
y por mi pensamiento cruza
un «a mí qué» sin alas.
Autobio
Yo de pequeña quería ser monja
y mi padre (que era muy republicano)
me pegaba cada vez que lo repetía.
Yo de pequeña quería ser puta
y mi madre (que era muy beata)
me pegaba cada vez que lo repetía.
Yo de pequeña quería ser huérfana
y mis padres me pegaban
cada vez que lo repetía.
Yo de pequeña quería ser poeta
y la vida me pegaba
04/10/2014
He aquí un pasaje de Marcelo Percia en el libro «Una subjetividad que se inventa»
«Un actor interpreta Otelo. Un analista interpreta el estado desesperado de un hombre que sufre por la infidelidad de su esposa. Un saxofonista interpreta música de otro músico. Un analista interpreta las palabras, los silencios y los sentimientos de otra persona. Una bailarina interpreta la coreografía de otra bailarina. Un analista interpreta la emoción de quien le habla con su cuerpo viviendo esa emoción.
Interpreto no quiere decir que traduzco al lenguaje de mis teorías. Ni quiere decir que escucho para descifrar un mundo que se oculta. Tampoco que comunico resultados. Ni que pongo en juego la automática comprensión de significados. Interpreto quiere decir que hago un pasaje, por esa existencia.Que la padezco, la sufro, la disfruto. Quiere decir, que encarno el hablar y lo vivo en mi propia recepción. Interpreto quiere decir, también, me analizo en ese diálogo.»
fuente: allposters.com
01/08/2014
Lo subjetivo se define normalmente como antónimo de lo objetivo. Un ejemplo de fenómeno objetivo es la recepción por parte de nuestros oídos de un número particular de decibelios. O de las diferentes longitudes de onda que componen los haces de luz que atraviesan nuestros ojos y todo aquello que la Física pre-moderna estudiaba…Pero ¡ah! la cosa se complica y es que a pesar de ser estas características objetivas producen diferentes experiencias en cada una de nosotras/os. Así a algunos les agrada recibir un número alto de decibelios a los que llaman música y sin embargo para otros la misma cantidad les supone un ruido molesto.
La subjetividad tiene relación con la experiencia de esas características objetivas, dotándolas de cualidad.
Así que retomando la cuestión nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Tiene sentido trabajar en terapia solo con diagnósticos «objetivos» en el tratamiento del padecimiento psicológico? Desde luego es muy operativo y la historia es testigo de ello, pero puede llegar a ser incompleto. Al trabajar con personas se hace necesario, si no indispensable, comprender qué les han supuesto a ellas los acontecimientos particulares de sus vidas y cuál es la intensidad de esas vivencias tan propias.
Muchos científicos sociales han entendido que para conocer cualquier fenómeno deben acercarse a las interpretaciones que dan los actores sociales del mismo, como hace el llamado enfoque «Emic» en Antropología, pero han caído en la cuenta de que incluso la visión del investigador más profesional y «objetivo» está salpicada de subjetividad.
Solamente acudiendo a una terapia que comprenda tanto el padecimiento desde la singularidad propia de la persona, como de la subjetividad que aporta el psicólogo/a y reconocida por éste, se comenzará a lograr un apoyo y una base segura para el crecimiento personal.
fuente imagen: allposters.com
01/08/2014
El conocido mito de Psique y Eros contiene un análisis tremendamente útil para todas las mujeres que quieran alcanzar sus objetivos. En él Psique debe aprender a desarrollar 4 competencias que le ayudarán a realizar las 4 tareas que la envidiosa Afrodita le hace ejecutar para poder reconciliarse con Eros.
01/08/2014
He aquí un párrafo recogido del libro «Manual de Psicodrama Diádico» de Pablo Población (2010) que me parece muy clarificadora de cómo se viven y se perciben las personas:
El Ego es un almacén de contenidos, el catálogo de esos contenidos es una memoria. Darse cuenta de que nosotros mismos nos vivimos tanto como contenido como continente, cuando no somos ninguna de esas dos cosas, porque somos lo que genera el contenido.
01/08/2014
Probablemente esté en lo cierto. ¡Muy interesante!