Sientes luego… ¡Enhorabuena!
Según Roberto Aguado Romo (2009) investigador, psicólogo clínico y autor del libro » SOS…Tengo miedo a tener miedo», hay emociones positivas y negativas, pero todas son buenas, es decir, necesarias, porque nos transmiten información esencial para saber qué hechos son cruciales para nuestra existencia.
Algunos autores como Leslie Greenberg han clasificado las emociones para desarrollar una aplicación clínica, las emociones suponen la orientación básica que sigue en la terapia que él mismo ha desarrollado (Emotionally Focused Therapy). La clasificación sería la siguiente:
- Las emociones primariamente adaptativas: Serían por ejemplo la tristeza ante la pérdida, la ira frente a la violencia y la agresión y el miedo ante lo amenazante, serían adaptativas porque promueven conductas en concordancia con los hechos, tomemos por ejemplo el caso del miedo ante lo amenazante que va a suponer algo con lo que entendemos que no podemos lidiar, si sentimos miedo, nos alejamos de lo que nos puede desbordar y por tanto es adaptativo, o cuando sentimos ira ante alguien que nos está agrediendo o abusando de alguna manera, entonces al sentir ira podemos actuar sobre esas conductas del otro que nos están haciendo daño, consiguiendo en algunos casos que éstas paren.
- Las primariamente desadaptativas, que son esquemas de emociones que ya no nos son útiles, o que nunca lo fueron puesto que se basaron en experiencias traumáticas, ejemplos de ellas serían la tristeza ante la alegría ajena, agresividad ante el cuidado de los demás, miedo ante situaciones que son inofensivas y sentimientos crónicos de falta de valía, inseguridad y vergüenza. Tomando el ejemplo de la agresividad ante el cuidado de los demás ello podría ser debido a un aprendizaje en situaciones repetidas en las que las figuras cuidadoras después de tener conductas de cuidado, agredían. Estas emociones pueden ser exploradas en terapia y trabajadas para conseguir respuestas emocionales más concordantes.
- Las secundarias reactivas, son reacciones ante las primeras emociones, por ejemplo: sentir culpa tras sentir ira (un patrón que se da a menudo en las mujeres) . Las emociones secundarias pueden darse cuando las primarias son consideradas como dolorosas, incontrolables o violentas. Más ejemplos: ira ante la ira, miedo ante el miedo tan presente en los cuadros de ansiedad: ataques de pánico, etc. También pueden ser emociones defensivas para no experimentar las primarias, como por ejemplo rabia para no sentir ansiedad. Otros ejemplos miedo para no sentir ira. Tristeza en vez de sentir ira (patrón de nuevo asociado a las mujeres), ira en vez de miedo (patrón asociado a los hombres), llorar de frustración y no de tristeza… de nuevo, este tipo de emociones pueden ser exploradas para incrementar la consciencia que se tiene de ellas.
- Las instrumentales que son emociones que se expresan porque se ha aprendido que generan determinadas respuestas en el otro, por ejemplo para conseguir llamar la atención, para conseguir que los demás hagan algo que nosotros no podemos o no queremos hacer, para lograr la aprobación o para evitar el rechazo. Pueden ser totalmente conscientes , o totalmente inconscientes
En el caso de las emociones desadaptativas, reactivas o instrumentales podríamos pensar que son negativas, pero incluso en estos casos se trata de una poderosa fuente que nos permite «descifrar» lo que realmente serían nuestras emociones primarias y por tanto, nuestras necesidades más auténticas.
Así que si sientes… ¡enhorabuena!